Muchas dietas marcan unos alimentos como perjudiciales y prohíben casi acercarse a ellos, pero este planteamiento es incorrecto. No hay alimentos perjudiciales, si no formas poco adecuadas de prepararlos. Es fácil darse cuenta de ellos viendo algunos ejemplos; por ejemplo los huevos.

No la opción más sana

Los huevos son un alimento muy sano y completo, que aportan vitaminas A, B1, B2, B5 y B9 además de fósforo entre otros minerales. Y es una fuente de proteínas fácilmente digerible. Un huevo de gallina de tamaño normal tiene unas 80 calorías; pero por ejemplo las calorías se disparan si en vez de hervirlo lo preparamos frito. Un huevo frito sube hasta las 115 calorías.

En general está claro que todo lo que sea freír debemos olvidarnos mientras queremos perder peso. Con las patatas pasa algo similar; 100 gramos de patatas aportan 87 calorías si las preparas por ejemplo hervidas o asadas al horno mientras que las patatas fritas contienen unas 185 calorías. Así, la conclusión no es que debamos evitar los huevos y las patatas, si no prepararlas del mejor modo posible.

En general se deben priorizar los métodos de cocción que utilicen menos grasas como hornear, hacer a la plancha o a la parrilla, hervir o preparar al vapor. ¿O por qué no? Crudo.

Está claro que no todos los alimentos se pueden consumir crudos, pero especialmente las hortalizas mantendrán sus nutrientes mejor si se toman crudas, ya que durante la cocción una parte de estos nutrientes son destruidos como consecuencia del calor.

Por otra parte, hay alimentos que según su procesamiento pueden resultar más o menos beneficiosos. Uno de los casos más claros es el pan, que suele ser uno de los alimentos negros de la pérdida de peso. Pero no es necesario eliminarlo completamente de nuestra dieta, se puede reducir la cantidad que se consume y sobre todo, elegir las variedades más sanas: las integrales. El pan integral aporta un extra de fibra y proteína, además de conservar mejor sus vitaminas y minerales, de forma que cambiando el pan blanco por el pan integral mejoraréis vuestra alimentación. Y lo mismo pasa con otros alimentos como el arroz, que es recomendable optar por la versión integral antes que la refinada.