A pesar de que normalmente no nos damos cuenta de que perdemos cabello, pues es común que las hebras se desprendan de nuestros cuerpos, como parte de su ciclo de renovación, a veces puede precipitarse de modo bastante notorio y molesto. Esta forma de perder cabello puede darse en una gran cantidad de personas, siendo más común en hombres que en mujeres. Esto puede deberse a factores hereditarios (tal como la alopecia androgénica), a cambios estacionales, a modificaciones en la química hormonal, a patologías o por consumo de medicamentos.

Existen ocasiones, y esto es más común en los caballeros, en las que las hebras que sustituyen a las anteriores, tienen menos cuerpo y fortaleza que sus predecesoras, por lo cual va generando la impresión de que nos quedamos sin cabello en ciertas áreas. Cuando esto ocurre, es muy probable que se trate de un tipo de calvicie, para la cual aún no existe cura, pero se puede retardar con tratamientos capilares. Esta afección es de tipo genética y se ve aumentada con el envejecimiento.

Las otras causas de caída del cabello, tienden a remitir, cuando cesa la causa que las originó. Normalmente, las mujeres tienden a padecer de estas alteraciones temporales en el volumen total de su cabellera, aunque también podrían verse afectadas por otras de tipo genético, aunque con menor prevalencia. Sin embargo, tanto para hombres como para mujeres, la pérdida de cabello afecta la autoestima, por lo cual tienden a hacer todo lo posible para evitar que ésta ocurra. En la actualidad, existen diversos compuestos químicos y procedimientos quirúrgicos que ayudan a otorgar mayor fortaleza al cabello y evitar su caída.

Debilidad capilar

Sin embargo, también puede suceder, que la caída del cabello se deba a bajos niveles de vitaminas o minerales en nuestros cuerpos o a factores mecánicos, como la utilización excesiva de champús, tintes o secadores de cabello, utilización de sombreros que tensen los folículos, peinados que generen el mismo efecto. Cuando existe deficiencia de algún elemento en nuestro organismo, podemos resolverlo a través del consumo de alimentos que lo contengan o procurárnoslo a través de complementos alimenticios.

En el segundo caso, podemos evitar los factores que debiliten el pelo y promuevan su caída o también, podemos utilizar sustancias que nos ayuden a dar más cuerpo y fortaleza al cabello. Entre éstas, recomendamos las que provienen de fuentes naturales para garantizar mejores resultados a mediano y largo plazo y evitar los efectos secundarios que pueden generar algunos compuestos sintéticos.

Consulta a tu médico

No obstante, te invitamos a consultar con tu médico sobre la idoneidad de emplear alguno de los remedios naturales que a continuación te recomendamos, para garantizar que se generen los efectos deseados, de modo seguro y amigable para tu salud en su conjunto.

Remedios naturales para evitar la caída del cabello

Té verde

Para muchos, es bien conocido que el té verde contiene una gran cantidad de antioxidantes, que ayudan a prevenir el envejecimiento y deterioro de nuestras células. Es por ello, que resulta oportuno utilizar la infusión de la planta Camellia sinensis, para tratar nuestro cabello, con la intención de prevenir su caída. Esta deberá verterse una vez se haya enfriado, directamente sobre el cabello, luego de ducharnos. Para aprovechar mejor sus efectos, debemos dejar que se seque, sin retirarlo con agua. Se recomienda utilizarlo dos veces por semana.

Aceite de almendras

Esta sustancia oleosa, proveniente del fruto originario del Oriente Medio, es muy apreciada en el ámbito de la cosmetología, por sus bondades sobre la piel y cabello. Este aceite cuenta con una variedad de ácidos omega-3, vitaminas y minerales que ayudan a restaurar la estructura del pelo dañado, mientras lo hidrata, fortalece y propicia su crecimiento. Para su aplicación en el cabello, deberemos aplicar unas gotas sobre las palmas de las manos, las cuales frotaremos entre sí, y luego extenderemos el producto, como si nos peináramos con los dedos. Se recomienda masajear el cuero cabelludo, para mejorar su absorción. No es necesario que lo retiremos a través del enjuague.

Aloe vera

La mundialmente famosa Sábila (o Zábila) reporta grandes beneficios en la regeneración de tejidos y la cicatrización de la piel, así como por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, entre una cantidad muy extensa de otros beneficios para la salud. Cuando sus cristales se frotan sobre el cabello y el cuero cabelludo, ayuda a controlar la picazón causada por dermatitis, absorbe el exceso de cebo y regenera el cabello, dándole más vitalidad y fuerza. Se recomienda disolver sus cristales en aceite de coco o almendras, para mejorar su efecto restaurador.

Cebolla

A pesar de que aplicarnos cebolla sobre la piel o el cabello, no es la primera opción en la que pensamos como parte de un tratamiento de belleza, se ha comprobado suficientemente sus bondades para evitar la caída del cabello. Esta deberá licuarse, luego nos aplicaremos el jugo obtenido sobre la cabeza, masajeando el cuero cabelludo con la yema de los dedos y extendiéndolo por el cabello. Posteriormente, deberemos enjuagar el cabello, hasta retirar completamente la sustancia. El tratamiento deberá realizarse dos veces por semana.