El colágeno, como la enorme mayoría de los comestibles, tiene calorías, son unas cuatro calorías por gramo.

No obstante, el consumo diario recomendado es de un máximo de diez gramos, lo que da como resultado solo cuarenta calorías, lo que es una cantidad bajísima.

Otro factor esencial es que el colágeno se forma de proteínas y aminoácidos, en contraste a otros comestibles ricos en grasa o bien hidrato de carbono que pueden transformarse en grasa localizada de manera fácil.

De esta forma, nos aporta importantes beneficios, en contraposición a aquellos alimentos que son ricos en azúcares simples o grasas insaturadas.

Por ende, podemos decir que el colágeno hidrolizado no engorda, ciertos estudios aun afirman que ayuda a adelgazar, por la cuestión de la saciedad.

Opciones de colágeno

Aparte de todos las ventajas que hemos mencionado previamente, el colágeno está en todas partes y a costes accesibles. Existen opciones desde la ingestión de cápsulas, jugos, cremas, galletas, chocolates, cappuccino e inclusive opciones puntuales para el tratamiento y rejuvenecimiento de la piel. Como, por servirnos de un ejemplo, peeling, en el que actúa como agente primordial para la revitalización del órgano más extenso del cuerpo humano.

La propia gelatina es una de las mejores fuentes de colágeno a las que tenemos acceso en la dieta, mas como solo contiene un diez por ciento de proteína y más o menos un cinco por ciento de colágeno, no puede considerarse tan eficaz como el resto comestibles.

Con tantas opciones, es simple incluirlo en su dieta. No importa si es en el desayuno como cápsula o bien en el entrenamiento como un batido. Mas recuerde siempre: ya antes de iniciar cualquier suplemento, hable con su nutriólogo. Un profesional de la salud es la persona indicada para conocer la mejor forma de consumirlo a fin de que la absorción sea completa.