Lo que conocemos como música, es un arte, en el que melodías y ritmos, se alternan con silencios, en el proceso de creación de un arte, que pretende generar un efecto estético y emocional en las personas que la disfrutan. Y es que, es imposible deslindar este tipo de expresión artística de las emociones, pues ambas se retroalimentan, son los sentimientos de un autor los que motivan la creación de una pieza determinada, mientras que su publicación, pretende generar emociones en los oyentes. Pero no sólo se pueden transmitir sensaciones, sino que también se pueden comunicar ideas o pensamientos, a través de su intermediación; por lo cual, tiende a ser muy utilizada para realizar campañas políticas e ideológicas, piezas publicitarias, motivar a personas o tranquilizarlas, entre muchos otros fines.
Efectos de la música sobre la mente
Según diversos estudios, la música representa uno de los medios más eficaces, para desarrollar la cognición del ser humano, lo que la lleva a estar presente en varias modalidades pedagógicas, siendo empleada con la finalidad de que los contenidos que se pretenden hacer llegar a los estudiantes, sean aprehendidos por éstos, de modo más sencillo. Cuando los mensajes son transmitidos mediante medios musicales, tiende a permanecer una mayor cantidad de tiempo en la memoria de sus destinatarios.
La importancia de la música y las artes
A pesar que muchos de nosotros, a veces damos la música por sentado e ignoramos todos los alcances que tiene este tipo de arte, todos estamos sometidos a su sutil embrujo; y, por tanto, a los efectos que ella genera en nuestros seres y almas. En ocasiones, ni nos damos cuenta de su presencia en nuestro día a día, sin embargo, allí se encuentra. Para los habitantes de este mundo durante finales de 2019 y 2020, que residen los países afectados por la pandemia de COVID-19, nunca se ha hecho tan evidente la importancia de llenar de elementos artísticos nuestras vidas, como medio para hacer llevadero el distanciamiento y el confinamiento, que se ha aplicado para evitar la diseminación de la enfermedad.
Relación cuerpo-mente
Y esto resulta importante para nosotros, justamente, pues la música es un medio para preservar nuestra salud completa, en las dimensiones mental y física. Como ya ha constatado la ciencia, es prácticamente imposible aislar los estímulos que se hacen presentes en nuestra mente, de una respuesta fisiológica definida. Igual ocurre en sentido contrario, pues el funcionamiento de nuestros cuerpos, generará improntas en el desarrollo de los procesos del pensamiento. Dependiendo del tipo de música que se escuche, pueden obtenerse beneficios, que incluso pueden parecer contradictorios, en ambas esferas.
Relajación y energización
Por ejemplo, se ha comprobado que la música puede ayudar a relajar a las personas, pero, por otra parte, también se ha argumentado, que puede servir para motivarles y aportarles energía. Esto sucede, por la diferencia entre los estilos musicales, sus armonías y melodías; las cuales pueden diferir de modo importante entre un estilo de música y otro.
En consecuencia, la música con mayor cantidad de pulsos por minuto (PPM) tiende a emocionar y motivar a las personas, mientras que las piezas con menor cantidad de esos pulsos, puede calmar a sus oyentes y sumirlos en un estado de relajación. En tal sentido, se ha comprobado que, al escuchar música de ritmos rápidos, se estimula un ritmo respiratorio acelerado y promueve una mayor cantidad de latidos cardíacos por minuto; mientras que apreciar música de melodías suaves y lentas, genera una ralentización de ambos procesos.
Beneficios sobre el aprendizaje y la memoria
Cómo ya se ha comentado más arriba, la música permite que nuestros cerebros asimilen de modo más eficiente muchos mensajes y experiencias, por lo cual favorece el aprendizaje; así como fortalece la memoria. Estos beneficios repercuten sobre aquellos que escuchan con regularidad piezas musicales, pero son aún más evidentes, en aquellos que ejecutan instrumentos musicales, pues se ha considerado que su práctica, genera nuevas conexiones neuronales. En muchos casos, la música coadyuva a tratar alteraciones neurológicas, tales como el autismo, enfermedad de Parkinson y Alzheimer.
Mejor reacción inmunológica
El funcionamiento del sistema inmunológico, también puede verse potenciado por la música, impulsando la creación de glóbulos blancos y plaquetas, mientras protege a las células de algunas patologías. Esto hace que nuestra salud sea más robusta y que nos enfermemos con menor regularidad, de determinadas condiciones de salud.
Disminución del estrés y aumento del placer
Por otra parte, la música relajante está asociada con la disminución de los niveles de cortisol en el organismo. Esta hormona, producida por las glándulas suprarrenales, es conocida por su función en generar estrés e hiperexcitabilidad del sistema nervioso. Al mermar su producción, permite gestionar de modo más eficiente el estrés y la ansiedad, disminuyendo la incidencia de eventos cardíacos o cardiovasculares. Este tipo de música, incrementa significativamente la liberación de endorfinas (sedante natural), lo que nos ayuda a disminuir el dolor, tanto eventual como crónico y generar una sensación de placer.